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El increíble plan para ‘recongelar’ el océano Ártico usando 500.000 drones submarinos

Una compañía llamada Real Ice está probando una prometedora técnica llamada ‘AquaFreezing’ para volver a congelar el océano Ártico en respuesta al alarmante incremento del deshielo, cuyas cifras se están disparando debido al calentamiento global.

El hielo ártico es vital no sólo para la vida y las comunidades humanas de la zona, sino para el equilibrio climático de todo el planeta. Algunos científicos predicen que, si no se toman medidas urgentes, el Ártico podría quedarse totalmente sin hielo en verano a partir de la década de 2030. Las consecuencias, afirman, serían catastróficas: pérdida de hábitat para especies nativas, el aumento del nivel del mar y la alteración del efecto albedo causado por el hielo, que refleja la luz solar de vuelta al espacio. "Preservar el hielo marino del Ártico es un componente crucial en la lucha contra el cambio climático", afirma la compañía.

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El plan de Real Ice

Su tecnología de geoingeniería no utiliza elementos químicos exóticos ni introduce elementos extraños al sistema climático: exclusivamente utiliza agua marina y medios mecánicos, incluyendo la realización de agujeros en la superficie helada y el uso de drones submarinos.

El mecanismo, afirman, es sencillo: agujerear el hielo marino y bombear agua de mar sobre la superficie. Esta agua se congela en la superficie rápidamente al contacto con el hielo existente, haciendo que crezca su grosor. El agua bombeada también inunda las bolsas de aire en la nieve que cubre el hielo, haciendo que la nieve se congele y se convierta en hielo sólido.

El proceso aumenta la conductividad térmica de la capa de hielo, aseguran, haciendo que el frío del aire ártico penetre más profundamente y acelere el crecimiento de hielo nuevo en la parte inferior de la capa. “Nuestro objetivo es demostrar que el hacer crecer el grosor del hielo puede ser eficaz para preservar y restaurar el hielo marino del Ártico”, afirma Andrea Ceccolini, CTO de Real Ice.

Para probar su teoría, Real Ice ha realizado experimentos en la Bahía de Cambridge, en la Isla Victoria, Canadá. En un ensayo, un pozo piloto aumentó el espesor de la plataforma de hielo en 50 centímetros en comparación con el lugar de control, y se observó un crecimiento de hielo natural de 25 centímetros en la parte inferior. Según Shaun Fitzgerald, científico de la Universidad de Cambridge que colabora con la compañía británica, los resultados confirman que la teoría funciona y que el hielo crece en ambas direcciones.

El experimento, aseguran, abre la puerta a un parche contra la pérdida de hielo en el Ártico mientras el mundo sigue trabajando en rebajar la emisión de gases de efecto invernadero para parar el calentamiento progresivo del planeta. Otros científicos aseguran que el otro posible escenario de la desaparición de los glaciares es un cambio del clima radical que nos llevaría a un descenso drástico de las temperaturas en el hemisferio norte.

Críticas contra la geoingeniería

Para otros científicos estamos jugando con fuerzas con consecuencias impredecibles. Una de las críticas es la acumulación de salmuera, el agua con alta concentración de sal que queda después de que el agua de mar se congele. Eventualmente, la sal debilitará la capa de hielo. Según Real Ice, las pruebas demostraron que la salmuera se drena correctamente de vuelta al océano, dejando detrás un hielo sólido y de buena calidad. Pero como apunta Steven Desch, científico asesor de Real Ice que propuso el método en Arizona State University en 2016, "fue muy alentador ver que estábamos haciendo hielo que era buen hielo".

Julienne Stroeve, del University College London, no está convencida de la viabilidad de este proyecto. Como otros científicos, argumentan que los proyectos de geoingeniería son demasiado arriesgados, con consecuencias imprevisibles, y que desvían la atención del objetivo principal de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. “No creo que ninguna de estas ideas sea viable, y especialmente no a una escala que importe”, afirma. Según ella, la cantidad de energía que requeriría un programa de este tipo es brutal y, además, el método elimina la nieve, algo que puede afectar la alimentación de especies salvajes que se verían afectadas por la medida de forma directa.

Obviamente, Ceccolini insiste en que los beneficios del proyecto a nivel global invalidan las críticas: "Desde mi punto de vista, es uno de los tipos más benignos de intervención climática".

Un esfuerzo titánico

Críticas aparte, una vez comprobada que la solución funciona, el gran reto es hacerlo a gran escala. Para tener un impacto significativo se necesitarán miles de bombas y pozos. La compañía ha propuesto el diseño y fabricación de drones submarinos autónomos que puedan perforar el hielo y bombear el agua de mar de forma automatizada. Los drones —que se están desarrollando en colaboración con el Instituto de BioRobótica de la Escuela Superior Sant’Anna de Pisa, Italia— podrían cubrir dos kilómetros cuadrados de hielo cada uno por temporada.

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Pero, según esas cifras, el número de drones es gigantesco: se necesitan 500.000 drones para producir 500 kilómetros cúbicos de hielo marino adicional cada invierno, cubriendo un área total de un millón de kilómetros cuadrados. El coste del proyecto sería de unos 6.000 millones de dólares anuales, según cálculos de Real Ice.

La financiación para un proyecto de esta magnitud podría provenir de gobiernos a través de organismos como las Naciones Unidas, o a través de la venta de "créditos de refrigeración" a empresas que buscan compensar su huella de carbono. Por ahora, la empresa quiere realizar experimentos a mayor escala en la Bahía de Cambridge para seguir optimizando su metodología y demostrar la eficacia de esta técnica del ‘AquaFreezing’.

Fuente: https://ift.tt/8VvCp0m
Publicado: September 23, 2024 at 11:58AM

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