Después de casi un año sin pandas gigantes, el Zoo Nacional de de Washington volverá a contar con estos emblemáticos animales entre sus instalaciones. La pareja formada por Bao Li y Qing Bao ha llegado a la capital del país en un Boeing 777 de FedEx alquilado especialmente para la ocasión procedentes de Dujiangyan, en la provincia de Sichuan, la región del sudoeste de China donde residen hasta dos terceras partes de la población de pandas en estado salvaje.
El despliegue de medios lo merece, pues se trata de los dos primeros pandas que llegan a la capital del país en un cuarto de siglo. Una noticia sorprendente, habida cuenta de la grave crisis a la que se ha sometido la diplomacia del panda ha sufrido en el último año, con episodios de gran tensión entre las dos potencias que se saldaron en la devolución de numerosos ejemplares a China.
“Hemos preparado panecillos de maíz, brotes de bambú, zanahorias, agua y medicinas para garantizar que las necesidades de los pandas estén cubiertas durante el vuelo”, afirman los responsables de la Asociación de Conservación de la Vida Salvaje en China en un comunicado publicado en la red social Weixin.
Las autoridades chinas pusieron a la pareja de pandas en cuarentena el pasado 13 de septiembre, un día después de que Qing Bao cumpliera 3 años de edad, y los colocaron en recintos separados en una zona rodeada de árboles de bambú, lejos de las multitudes de los turistas.
Por su parte, Estados Unidos envió a tres cuidadores experimentados y expertos veterinarios a Sichuan para participar en el cuidado de los plantígrados antes del viaje, mientras que los responsables del Zoo Nacional de la Smithsonian Institution, en Washington, D.C., han preparado las instalaciones para su llegada, con equipos especiales y cargamentos de bambú.
Tensión diplomática
El intercambio de pandas gigantes hunde sus raíces en una larga tradición de relación diplomática entre China y Estados Unidos desde la visita del presidente Nixon en 1972. Sin embargo, la tensión política y comercial entre Pekín y Washington se ha traducido en una crisis de la llamada diplomacia del panda que se ha saldado con el regreso de ejemplares al gigante asiático. Así ocurrió con el propio zoo de Washington, y también con los parques de San Diego y de Memphis, cuyos pandas gigantes fueron devueltos a China en los últimos meses después de que las autoridades del país asiático acusaran a Estados Unidos de estar procurando a los plantígrados de cuidados insuficientes, un episodio que había dejado al país norteamericano con solo 4 pandas gigantes, todos ellos residente en Atlanta, y que tenían previsto partir este año.
No era la primera vez que China amenazaba a Estados Unidos con repatriar a los pandas gigantes del país, aunque sí que es la ocasión que ha tenido mayores consecuencias. En 2010, las autoridades de Pekín reclamaron a la Administración Obama el regreso de dos crías nacidas en Estados Unidos después de que el máximo mandatario estadounidense anunciase una reunión oficial con el Dalái Lama, aunque en aquel momento los ejemplares se quedaron dos años más en el país americano debido a la gran popularidad que gozaban entre los visitantes.
El episodio de mayor tensión se produjo el año pasado cuando las autoridades chinas acusaron a Estados Unidos de no procurar los cuidados adecuados a una hembra de panda gigante llamada Ya Ya que residía en el zoo de Memphis. La confrontación llegó a tal extremo que las autoridades de Pekín exigieron a Washington la devolución inmediata del plantígrado, algo que se produjo a finales del mes de abril de 2023, cuando la hembra de panda gigante llegó a Shanghai entre vítores, como si de una estrella se tratase. A Ya Ya siguieron otros pandas más, entre ellos los residentes en zoos de Memphis y San Diego, que también fueron enviados a China ante la elevada presión diplomática.
Sin embargo, todo cambió a mediados de noviembre, apenas una semana después de que los tres pandas gigantes del National Zoo de Washington, D.C: Mei Xiang, Tian Tian y su cachorro, Xiao Qi Ji, regresaron a China. Paradójicamente, ese mismo mes, y tras un encuentro entre los mandatarios de los países -el primero en celebrarse en más de un año- el presidente Xi Jinping anunció su voluntad de retomar la diplomacia del panda entre ambos países, algo que cumplió el pasado mes de junio con la llegada de la pareja formada por Yun Chaun y Xin Biao al Zoo de San Diego.
En el caso de Washington, los nuevos pandas no son completamente desconocidos para el público del Zoo Nacional de la Smithsonian Institution: Bao Li nació en Sichuan, pero su ascendencia hunden sus raíces en el parque zoológico de la capital, donde nacieron su madre y sus abuelos.
Las autoridades de Pekín también han aprovechado el acontecimiento para remarcar su voluntad de afianzar el regreso de la diplomacia del panda entre ambos países. “Creemos que la nueva ronda de cooperación internacional sobre la protección el panda gigante entre China y Estados Unidos servirá para mejorar la prevención y el control de enfermedades de estos plantígrados, así como promoverá los intercambios científicos y tecnológico entre China y Estados Unidos” […] un acto que redundará en la conservación internacional y mejorará las relaciones entre ambos países”, sentencias las autoridades conservacionistas del país asiático. Razones no le faltan, y es que recibirán de Washington unos 10 millones de dólares destinados a fines conservacionistas.
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Publicado: October 16, 2024 at 03:35AM