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Disfrazar a tu perro por Halloween no es buena idea

Si usas Instagram o TikTok, posiblemente te hayas topado en las últimas semanas con un trend que ya se hizo viral el año pasado: el de los perros disfrazados de fantasmas, acompañado de la canción Oh Klahoma de Jack Stauber. A medida que se acerca Halloween las redes sociales se llenan de vídeos de perros con disfraces a cada cual más extraño, especialmente en los países donde esta fiesta es muy popular, como Estados Unidos.

Pero aunque puedan parecer graciosos o adorables, para nuestras mascotas disfrazarse no es algo divertido y puede llegar a ser muy estresante. Cada perro es distinto y algunos toleran mejor que otros un estímulo extraño como es un disfraz. Algunos ni se inmutarán, mientras que otros pueden llegar a reaccionar de forma agresiva. Nadie mejor que sus tutores conocen el carácter de una mascota, pero hay una serie de consejos que son válidos para todos.

¿Está acostumbrado tu perro a llevar prendas?

Lo primero a considerar es si tu perro está acostumbrado a llevar otros tipos de prendas, como chalecos o abrigos. Si no es así, mejor evitar ponerle cualquier tipo de disfraz, puesto que lo va a percibir como un elemento extraño que limita su movilidad y será una fuente de estrés para él.

Explora alternativas menos invasivas

Si quieres integrar a tu mascota en la fiesta, hay alternativas mucho menos invasivas que un disfraz. Una bandana, pañoleta o collar con motivos festivos no supondrá ningún estímulo nuevo y podrá disfrutar de la fiesta con mayor tranquilidad.

Cuanto más simple mejor

No es lo mismo ponerle un tutú o una capa a un perro, lo que no deja de ser un tejido sobre su piel, que uno de esos disfraces con “brazos” de espuma colgando. Este tipo de elementos son una fuente de estrés adicional que muchos perros no recibirán bien. Si es mejor evitar los disfraces, más aún hay que evitar los de este tipo.

Evitar complementos que hagan ruido

Los complementos que hacen ruidos cuando el perro se mueve, como cascabeles, son una fuente adicional de estrés, especialmente si nuestra mascota no está acostumbrada. Además, si intentan quitárselo solo conseguirán hacer más ruido y ponerse más nerviosos.

Algunas tendencias de las redes sociales, como el famoso trend viral de los perros disfrazados de fantasmas, pueden resultar estresantes si el animal no está acostumbrado.

Ojos, oídos y hocico despejados

Si disfrazamos a nuestro perro, entre las cosas a evitar a toda costa se encuentra cualquier tipo de complemento que bloquee o dificulte sus sentidos principales: la vista, el oído y el olfato. Es decir, nada de parches de pirata, pelucas que tapen las orejas o barbas postizas.

El tejido importa

Muchos disfraces están fabricados con tejidos sintéticos que, si bien pueden ser adecuados para los humanos, no lo son para los animales ya que les impiden transpirar correctamente. Si vamos a ponerles algún elemento de disfraz, que sea de tejidos transpirables y además holgado, evitando por ejemplo los clásicos trajes de superhéroe.

Adaptación gradual

Disfrazar a nuestro perro sin ninguna preparación previa solo le causará estrés y, en el peor de los casos, puede desencadenar una agresión. Por eso, hay que dejar que la mascota se acostumbre poco a poco al disfraz: en primer lugar hay que dejar que lo examine sin ponérselo y luego colocárselo unas cuantas veces encima como si fuese una manta, sin vestirlo, para que se acostumbre a él.

Perros reactivos y disfraces, una mala combinación

Entendemos por reactividad la tendencia de un animal a reaccionar agresivamente en situaciones de estrés. Si tenemos una mascota reactiva, lo mejor es renunciar a disfrazarla, incluso si nunca nos ha hecho nada. Hay que entender que el perro no comprende el concepto de disfraz y puede que lo perciba como una especie de castigo o una agresión a la que responder.

Una simple capa basta para darle un toque festivo a nuestra mascota sin que le resulte una molestia.

Atención a los signos de estrés

Conocer los signos de estrés que manifiesta nuestra mascota es fundamental para evitarles una experiencia desagradable: lamerse el hocico, echar las orejas hacia atrás, evitar el contacto visual o sacudir las patas son señales de que nuestro perro no está cómodo. Si ese es el caso hay que quitarles el disfraz enseguida pero con calma, para evitar que se pongan más nerviosos.

Nuestros disfraces también pueden asustarles

No es solo que ponerles un disfraz a nuestros perros pueda ser una molestia, es que incluso nuestros propios disfraces pueden asustarles: no porque sean más o menos terroríficos, sino porque modifican nuestro aspecto e incluso nuestro olor a causa del maquillaje. Es recomendable que nos vean llevar diversos elementos del disfraz antes de ponérnoslo completo, y si vamos a llevar maquillaje, mejor usarlo primero sin disfraz para que se acostumbren a su olor.

Fuente: https://ift.tt/pDzJdCw
Publicado: October 18, 2024 at 10:19AM

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