Imagina que estás en una boda chida, y de repente la suegra, que no quería esa boda ni en pintura, decide hacer su propia “obra de arte” aventándole pintura roja a la novia. Un plan bien maquiavélico para intentar parar el casorio porque la novia no era de una familia con mucha lana, como ella quería.
Pero como en las buenas historias, la novia no se dejó. Se sacudió el disgusto, se puso otro vestido y regresó a terminar lo que había empezado. Al final, la boda se puso aún mejor y las fotos hasta se hicieron virales.
La moraleja de todo esto es como dijo el buen Octavio Paz: “La llama doble del amor y la imaginación purifica y alumbra”. La novia supo sacarle vuelta a la situación y al final, el amor y la buena vibra ganaron. Así que la próxima vez que la vida te ponga en aprietos, mejor úsalo para sacar una buena historia. Y recuerda: lo que no te acaba, te hace más fuerte… y hasta famoso en las redes.
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Publicado: February 21, 2024 at 11:50AM