Las noticias que mereces
News

Los 5 pasos para entender el Big Bang

¿Alguna vez te has preguntado cómo comenzó todo? No hablamos solo del origen de la Tierra o del Sistema Solar, sino del inicio de todo: el tiempo, el espacio, las estrellas, las galaxias y hasta la materia de la que estamos hechos. La teoría del Big Bang intenta responder precisamente esa pregunta, y aunque el nombre pueda sonar como si todo hubiera comenzado con una gran explosión, la historia es mucho más compleja.

Durante siglos, la humanidad siempre ha estado a la búsqueda de esas respuestas, tratando de entender nuestro lugar en el universo. Desde los primeros filósofos y astrónomos que observaron las estrellas, hasta los científicos modernos que analizan galaxias lejanas, el deseo de conocer nuestros orígenes ha guiado a algunos de los descubrimientos más grandes de la historia. Pero, ¿cómo llegamos a la idea de que el universo tuvo un principio? Y más importante, ¿cómo sabemos que todo comenzó con un "Big Bang"?

EL “PUNTO DE PARTIDA”

El Big Bang no fue una explosión como las que imaginamos normalmente. No hubo un punto específico en el espacio donde "ocurrió". En realidad, la teoría del Big Bang describe un proceso de expansión rápida en el cual todo el universo —toda la materia, la energía e incluso el espacio y el tiempo— estaba concentrado en un solo punto extremadamente denso y caliente. En un instante, este punto comenzó a expandirse, dando lugar al universo que conocemos hoy.

Una buena forma de visualizar esto es imaginar un globo desinflado con puntos en su superficie. A medida que inflamos el globo, los puntos se alejan unos de otros, pero ninguno de ellos está en el centro de la expansión, y no hay un "borde" del globo donde esta expansión termine. Así es cómo se expande el universo: en todas las direcciones y desde todos los puntos, sin un centro específico. Este concepto es crucial, porque nos muestra que el Big Bang no fue un evento localizado en un lugar, sino la expansión del propio espacio en todas partes a la vez.

Infografía que representa los tiempos de formación de partículas y materia desde el Big Bang

EL UNIVERSO EN EXPANSIÓN

¿Pero cómo podemos estar seguros de que el universo está en expansión? Este descubrimiento se remonta a los años 1920, cuando el astrónomo Edwin Hubble observó que las galaxias parecían alejarse de nosotros. Lo más sorprendente fue que, cuanto más lejos estaba una galaxia, más rápido se movía, algo que se conoce como la "ley de Hubble".

Para entender esto, pensemos en el efecto Doppler, que experimentamos en la vida cotidiana con el sonido. Cuando una ambulancia se acerca, el sonido de la sirena es más agudo, y cuando se aleja, es más grave. Esto ocurre porque las ondas sonoras se "comprimen" al acercarse y se "estiran" al alejarse. Con la luz sucede algo similar: cuando una galaxia se aleja de nosotros, la longitud de onda de su luz se estira hacia el color rojo, un fenómeno conocido como "corrimiento al rojo". Esto ha sido observado en prácticamente todas las galaxias, lo que nos dice que el universo no solo se expande, sino que esta expansión ha sido constante desde un momento en que todo estaba junto.

Representación de como las ondas se comprimen o expanden en función del movimiento de la fuente.

LA RADIACIÓN CÓSMICA DE FONDO

Si el Big Bang realmente ocurrió, entonces debería quedar algún tipo de "huella" de ese evento en el universo, ¿no? En 1965, los científicos Arno Penzias y Robert Wilson descubrieron una misteriosa señal de microondas que venía de todas partes del espacio: la radiación cósmica de fondo. Esta radiación es como un "eco" de la explosión inicial, una especie de calor residual que quedó impregnado en el universo cuando comenzó a expandirse y enfriarse.

Para visualizarlo, imagina que has cocinado algo en el horno. Aunque apagues el horno, el calor permanece en el ambiente por un rato. De manera similar, la radiación cósmica de fondo es un resto de la inmensa energía del Big Bang. Este "brillo" débil y homogéneo ha sido clave para los científicos porque nos permite ver casi hasta el mismo instante en que se inició la expansión. Analizando esta radiación, los astrónomos han podido deducir que el universo tiene aproximadamente 13.800 millones de años, dándonos una visión casi directa de sus primeros momentos.

Arno Penzias (izquierda) y Robert Wilson (derecha) en 1978.

LOS ELEMENTOS LIGEROS

Otra prueba esencial a favor de la teoría del Big Bang es la composición química del universo. Justo después de la explosión inicial, el universo era increíblemente caliente, como un gran "horno cósmico" en el que se formaron los primeros elementos. Durante los primeros minutos del Big Bang, cuando las temperaturas eran lo suficientemente altas, se produjeron grandes cantidades de hidrógeno y helio, los elementos más ligeros y simples de la tabla periódica.

Este proceso se llama "nucleosíntesis primordial". En cuanto el universo comenzó a expandirse y enfriarse, se detuvo la formación de estos elementos, y hoy, cuando los astrónomos analizan la cantidad de hidrógeno y helio en el universo, descubren que concuerda casi exactamente con las cantidades previstas por los modelos del Big Bang. Esto nos dice que, desde el inicio, el universo ha seguido las leyes de la física, permitiéndonos ver cómo la materia que hoy forma las estrellas, los planetas y hasta nosotros mismos fue producida en los primeros momentos después del Big Bang.

Una anisotropía de la radiación de fondo cósmico de microondas, medida por el satélite Planck.

EL NACIMIENTO DE LAS ESTRELLAS Y LAS GALAXIAS

Después de los primeros minutos del Big Bang, el universo siguió expandiéndose y enfriándose. Sin embargo, aún quedaba materia dispersa por todas partes. Con el tiempo, la gravedad comenzó a atraer esta materia, formando grandes nubes de gas. Estas nubes, a su vez, se colapsaron para dar origen a las primeras estrellas y galaxias.

Puedes visualizarlo como hojas esparcidas por el suelo en un día ventoso. Eventualmente, el viento y la gravedad comienzan a agrupar las hojas en montones. En el universo, este "viento" fue la fuerza gravitacional que unió los átomos de hidrógeno y helio en estructuras cada vez más grandes. Primero se formaron nubes de gas, que eventualmente colapsaron bajo su propia gravedad, produciendo las primeras estrellas. Estas estrellas se agruparon en galaxias, y dentro de estas galaxias, la materia continuó acumulándose y formando sistemas estelares. Así es como, después de millones de años, se formaron galaxias como la Vía Láctea y nuestro propio sistema solar.

Fuente: https://ift.tt/9Dm6KIO
Publicado: November 11, 2024 at 12:16PM

0
0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir a la barra de herramientas