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¿Un cáncer de mama oculto a simple vista en la Capilla Sixtina?

Decía Bernard Berenson, el famoso historiador del arte, que para Miguel Ángel el desnudo y el arte eran sinónimos. Y es que es bien sabido que, durante su vida, el genio pintor, escultor y arquitecto estudió concienzudamente la anatomía humana para plasmarla en sus obras de una forma nunca vista hasta entonces. Il Divino, como lo apodaron los artistas contemporáneos, llevó al siguiente nivel la atención al detalle en todas sus obras, especialmente aquellas que mostraban el cuerpo humano.

Buena muestra de su maestría se puede disfrutar en la que muchos consideran su Obra Magna y una de las mayores muestras del arte occidental: La bóveda de la Capilla Sixtina. El conjunto de frescos pintados por Miguel Ángel entre 1508 y 1512 representan los pasajes bíblicos de La Creación, Adán y Eva en el Jardín del Edén y el Diluvio Universal. En los 460 metros cuadrados de fresco, Miguel Ángel dibujó más de 300 figuras, cada una concienzudamente planificada para transmitir las palabras de la Fe Cristiana. Tanto es así, que más de 500 años después, se siguen descubriendo secretos en las pinturas, como un posible cáncer de mama en una de las figuras del fresco del Diluvio Universal.

El hallazgo, realizado por un equipo interdisciplinar, podría dotar a la obra de un significado mucho más profundo, ya que los indicios de cáncer se encuentran en una figura femenina postrada en una isla fuera del Arca de Noé. Con este cáncer de mama, especulan los autores del artículo publicado en The Breast, Miguel Ángel podría estar reafirmando la condena de esa mujer ya que, en el siglo XVI, padecer un cáncer de mama era prácticamente una sentencia de muerte.

Observando pechos pintados en el S.XVI

Para diagnosticar a la mujer los investigadores comenzaron por comparar el pecho derecho con el izquierdo. El pecho izquierdo muestra signos de ptosis o pecho caído, provocado probablemente por la lactancia del niño que se puede observar detrás. Además, el pezón prominente muestra un contorno suave, habitual en un pecho. En cambio, el seno derecho muestra un pezón retraído y deformado, con una areola erosionada y con una forma extraña que recuerda a una cicatriz. En la parte superior del pecho se pueden observar 3 bultos compatibles con ganglios inflamados o nódulos, que son consistentes con los signos del cáncer de mama.

Detalle del pecho de la mujer, donde se pueden observar dos posibles ganglios inflamados (a la izquierda) otra inflamación a la derecha, y el pezón con la posible marca de la cicatriz. Interpretación del trabajo realizado por Nerlich et al./The breast.

Para cerciorarse de que se trataba de un pecho dibujado a propósito con una deformidad, los investigadores tuvieron que analizar numerosos dibujos y esculturas del artista y confirmar que ese pecho era distinto al resto. Para ello, observaron con detenimiento tanto los frescos del Juicio Final, que Miguel Ángel pintó 20 años después en la misma sala, como las esculturas del Día y la Noche de la Capilla de los Médici, en Florencia. Ninguna de ellas muestra signos de pechos deformados.

Pero antes de verificar el diagnóstico, los investigadores tuvieron en cuenta otras posibilidades, como la edad de la mujer, que podría ser un problema. El cáncer de mama en la actualidad aparece, en el 85% de los casos, en mujeres mayores de 50 años. Por ello, en una época como el siglo XVI, donde la esperanza de vida rondaba los 35, sería mucho más extraño. Sin embargo, la baja esperanza de vida se debía, sobre todo a la alta mortalidad infantil, una vez pasados ciertos periodos críticos, era posible superar los 50 años. Ahora bien, el rostro de la mujer parece mucho más joven, por lo que, aunque no lo convierte en algo imposible, disminuye las posibilidades de que se trate de cáncer.

Una mirada experta a la mujer

Si nos paramos un momento a observar a la mujer, nos daremos cuenta de que algo no cuadra. La mujer, en primer plano, se encuentra semidesnuda, con un pañuelo azul que le cubre la cabeza y parte del torso. Su rostro refleja serenidad, al contrario que el resto de personas de la composición, que están angustiadas y acongojadas por el destino que les espera. El azul del manto, que generalmente representa lo celestial, en este caso choca con su postura, ya que dirige la mirada y señala a un suelo que quedará bajo las aguas. Este gesto podría representar el pasaje del génesis 3,19: “…polvo eres y en polvo te convertirás”. En su conjunto, la mujer también podría representar la sabiduría terrenal, aunque se trata de una interpretación posterior al artista.

Los investigadores también especulan que la mujer pueda ser una representación de su madre, Francesca Del Sera, ya que el niño de detrás tiene, aproximadamente, la edad de Miguel Ángel cuando esta murió tras una larga enfermedad.

Otra de las características que también llaman la atención del cuerpo de la mujer es su musculatura. El brazo derecho muestra tanto un bíceps como un tríceps muy desarrollados, y los hombros y las piernas también contrastan con la dulce y juvenil cara de la mujer. Esto se debe a que los modelos que los artistas de la época contrataban para inspirar sus obras eran mayoritariamente hombres, ya que las modelos femeninas eran mucho más escasas y, por tanto, caras. Este hecho es consistente con la obra de Miguel Ángel, ya que el propio artista se jactaba de que “nunca ninguna mujer había pisado su taller”.

Otro de los hechos por los que el artista empleaba modelos masculinos era porque, para él, la belleza se encontraba en este tipo de cuerpo, no en el femenino. Por ello, sus figuras femeninas son cuerpos masculinos con pelo largo y pechos desarrollados. En la actualidad, la mayoría de estudiosos de la vida y obra del artista coinciden en que Miguel Ángel era homosexual y, aunque existe discusión sobre si llegó a consumar sus relaciones o fueron meramente platónicas, este deseo por el cuerpo masculino y sus virtudes son un claro constante en su obra.

Popurrí de cuerpos y un diagnóstico

Además de la edad, los investigadores también analizaron otras enfermedades que pueden causar inflamación de los nódulos mamarios, como por ejemplo la tuberculosis. Sin embargo, aunque los síntomas cuadran, es muy extraño que la tuberculosis se presente de dicha forma. También descartaron la mastitis puerperal, una inflamación de las glándulas mamarias que puede aparecer tras el comienzo de la lactancia del bebé por una infección. Sin embargo, en este caso faltarían otros signos relacionados con la lactancia que aparecen en los pechos. El problema es que sin una historia clínica completa no se puede descartar del todo ninguna de estas dos dolencias, pero el diagnóstico más probable sigue siendo el cáncer de mama. Pero aún así, queda la duda de si se trata de un simbolismo colocado de forma consciente o fortuito.

Cuando Miguel Ángel cumplió 17 años asistió en diversas autopsias y, seguramente, pudo observar esta y muchas otras patologías que acababan provocando la muerte. De haberse encontrado con un cáncer de mama, lo más probable es que fuese la causa de la muerte de una mujer más mayor, pero como muestra su obra, las figuras representadas surgen de la unión de varios modelos distintos. Por ello, no es de extrañar que el cuerpo de la mujer fuese de un hombre, el rostro de otra, y los pechos estuviesen inspirados en una de las autopsias en las que participó.

Esta teoría coincidiría con la interpretación de los expertos, que afirman que tanto la enfermedad incurable de la mujer, como su gesto son inseparables e ilustran la mortalidad por castigo, que, como explica el versículo 3, 19 del Génesis, es resultado del Pecado Original. Finalmente, el tronco del árbol donde reposa la mujer, así como el árbol marchito que se puede observar al fondo son similares a los representados en el fresco del Pecado Original y la Expulsión del Paraíso, aunque vistos desde otra perspectiva.

La única forma de salir de completamente de dudas sería preguntarse al propio artista si colocó un cáncer de mama de forma deliberada en su obra. Algo que, lamentablemente, es imposible. En la actualidad, los restos de Miguel Ángel se encuentran enterrados en la Iglesia de la Santa Cruz de Florencia, reposando para la eternidad. Ahora bien, fuera del Panteón de las Glorias Italianas su obra sigue más viva que nunca. Cinco siglos después, sus frescos siguen revelando secretos ocultos a simple vista y dando lugar a nuevas interpretaciones que nos acercan al genio extraordinario del artista.

Fuente: https://ift.tt/SMgRA8w
Publicado: November 13, 2024 at 09:13AM

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