La legendaria obra maestra La noche estrellada de Vincent van Gogh ha dejado una marca indeleble en el mundo del arte, tanto por su belleza visual como por la capacidad de su creador para capturar la esencia del cielo nocturno. La obra, con sus colores arremolinados y pinceladas fluidas, es un ícono del posimpresionismo que ha cautivado a generaciones de espectadores. Pero más allá de su innegable atractivo estético, científicos han revelado recientemente que la pintura contiene algo más: una comprensión profunda de la física atmosférica.
La física oculta en La noche estrellada de Van Gogh
La noche estrellada no solo es una obra bellamente ejecutada, sino que logra transmitir una sensación casi tangible del cielo nocturno. Esta capacidad de capturar el dinamismo y la emoción de la naturaleza es una característica clave del impresionismo, aunque Van Gogh es generalmente considerado un posimpresionista.
Lo impresionante es que, a través de esos característicos remolinos, Van Gogh logra evocar algo más que el simple aspecto de la noche; nos muestra cómo la noche «se siente». Esta representación de las emociones que emanan del cielo ha llevado a científicos a preguntarse hasta qué punto los famosos remolinos de Van Gogh imitan las propiedades de la atmósfera.
Intrigados por la precisión de los remolinos en La noche estrellada, un equipo de investigadores de China y Francia realizó un estudio detallado para analizar si las pinceladas de Van Gogh podrían estar imitando la turbulencia atmosférica. La turbulencia, que es el movimiento caótico de fluidos causado por diferencias de temperatura y otras perturbaciones, ha sido objeto de estudio por siglos debido a su complejidad. El equipo, cuyo trabajo fue publicado en la revista Physics of Fluids, buscaba entender si los patrones caóticos del cielo pintado por Van Gogh reflejaban este fenómeno natural.
El equipo utilizó un marco físico conocido como la teoría de Kolmogorov para analizar las formas y patrones de la pintura. Esta teoría describe cómo la energía se transfiere entre patrones de gran escala a patrones más pequeños en un proceso llamado cascada de energía. Sorprendentemente, los investigadores encontraron que los remolinos en La noche estrellada siguen este principio físico: el primer gran remolino influye menos en los remolinos más pequeños a medida que se ramifican, algo que encaja perfectamente con la teoría de la turbulencia atmosférica.
Brillos, energía y la escala de Batchelor
El análisis del equipo no se detuvo en la comparación de formas. También utilizaron la luminancia de los colores en la pintura como un sustituto de la energía cinética del movimiento físico. Al estudiar los brillos relativos de los colores, encontraron que estos correspondían a otro marco físico conocido como la escala de Batchelor, que describe el movimiento y la transferencia de energía en las escalas más pequeñas de la turbulencia.
Este hallazgo fue emocionante para los científicos, ya que es poco común observar simultáneamente la escala de Batchelor y la teoría de Kolmogorov en la atmósfera, y mucho menos en una obra de arte. El hecho de que ambos principios estén presentes en La noche estrellada es sorprendente y sugiere que Van Gogh tenía una comprensión innata o aprendida de cómo se comporta la atmósfera.
¿Intuición o estudio?
Pero, ¿cómo pudo Van Gogh captar estos complejos fenómenos naturales en su pintura? Según Yongxiang Huang, uno de los autores del estudio:
“La representación precisa de la turbulencia podría deberse al estudio del movimiento de las nubes y la atmósfera, o a un sentido innato de cómo capturar el dinamismo del cielo”.
Independientemente de si Van Gogh estudió deliberadamente la atmósfera o simplemente tuvo una habilidad intuitiva para representar el movimiento, lo que está claro es que su captura del dinamismo del cielo sigue siendo asombrosa, especialmente si se considera que la pintura fue creada en 1889, mucho antes de que los científicos entendieran plenamente estos fenómenos.
Este descubrimiento añade una nueva capa de fascinación a una obra que ya era admirada mundialmente. No solo es un testimonio de la habilidad artística de Van Gogh, sino también de su capacidad para representar con precisión la compleja física de la naturaleza. La noche estrellada no solo es una obra maestra de la pintura, sino también un ejemplo impresionante de cómo el arte y la ciencia pueden entrelazarse de maneras inesperadas y profundas.
Así, la próxima vez que contemples La noche estrellada, no solo estarás mirando una representación emocional del cielo nocturno. Estarás viendo cómo las complejas leyes de la física cobran vida a través de la visión de un genio artístico.
Referencia:
- Physics and Fluids/Hidden turbulence in van Gogh’s The Starry Night. Link.
Fuente: https://ift.tt/XPVIcmo
Publicado: September 18, 2024 at 07:29AM
