El hábito de caminar para resolver problemas
Steve Jobs solía salir a caminar cuando un problema se volvía difícil de solucionar. Su biógrafo, Walter Isaacson, destacó que «dar un largo paseo era su forma preferida de mantener una conversación seria». Incluso Jony Ive, quien trabajó muy cerca de Jobs, recordaba cómo estas caminatas eran parte integral de su proceso creativo. Jobs prefería moverse, saliendo del entorno de oficina, lo cual mejoraba su capacidad de encontrar soluciones. La neurociencia apoya esta idea, sugiriendo que caminar facilita la actividad cerebral. Mithu Storoni, neurocientífica de la Universidad de Cambridge, documentó los beneficios en su libro Hyperefficient: Optimize Your Brain to Transform the Way You Work.
Los beneficios de caminar según la ciencia
La evidencia científica respalda que caminar trae numerosos beneficios para la salud. Un rango de entre 8.000 y 10.000 pasos diarios puede mejorar tanto la salud física como la mental. Reduce el riesgo de diabetes tipo 2, demencia, y mejora el bienestar emocional, la calidad del sueño, la longevidad, y el funcionamiento cardiovascular e inmunológico. Steve Jobs, sin ser neurocientífico, intuía el impacto positivo de esta práctica. Citando al novelista Henry David Thoreau: «en el momento en el que se empiezan a mover mis piernas, mis pensamientos empiezan a fluir», y Friedrich Nietzsche coincidía al señalar que «todas las verdaderas buenas ideas se concibieron caminando».
Para Jobs, caminar era una forma de abrir su mente y evitar la monotonía de estar sentado. Aunque no había una investigación formal que respaldara todas sus decisiones, su instinto lo llevó a aplicar hábitos que luego fueron avalados por la ciencia.
La regla de los 10 minutos
Según Storoni, un CEO adoptó la llamada «regla de los 10 minutos»: si estás atascado en un problema después de dedicarle diez minutos de concentración, debes levantarte, dejar la computadora y caminar. Esto coincide con las recomendaciones de neurocientíficos como Shane O’Mara, quienes enfatizan la importancia de moverse para despejar la mente. Aunque no es aplicable a todos los trabajos —un albañil no puede dejar de subir escaleras para caminar—, sí es una buena práctica para trabajos sedentarios que requieren de una nueva perspectiva.
Dar un paseo ayuda a calmar los nervios y a replantearse las cosas. Fomenta un estado mental más abierto y relajado, generando conexiones que no surgirían de otra forma. En palabras de Storoni: «no puedes darle vueltas al asunto porque tu atención también se centra en dónde caminas».
Por qué caminar te ayuda a pensar mejor
La regla de los 10 minutos propone que si has estado intentando resolver un problema sin éxito durante este tiempo, lo mejor es hacer una pausa y caminar. Esto permite distanciarse de los pensamientos estresantes y abordar el problema desde otro ángulo. Además, caminar obliga a no pensar de manera obsesiva en una única idea, dándole espacio a la mente para fluir libremente.
A veces, simplemente dejar de forzarse y salir a caminar puede cambiar nuestra perspectiva. Este descanso no es una pérdida de tiempo; a la vuelta, todo se ve distinto y es posible encontrar soluciones más efectivas.
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Publicado: September 29, 2024 at 11:51AM